La psicóloga Norma Patricia Dreyzin, de origen
argentino, egresada de la Universidad de Buenos Aires y quien radica desde hace
5 años en La Paz, se pronunció a favor de que en la República Mexicana, en
lugar de Asilos de Ancianos, haya Residencias para Adultos Mayores, que sean
atendidas por profesionales de la Geriatría, la Gerontología y de otras ramas
del saber humano para desarrollar actividades que se adapten a las
posibilidades físicas de los beneficiarios, lo que permitiría mejorarles su
calidad de vida y también dijo que se deben crear Consejos de Retiro para
apoyar a quienes llegan a esa etapa de la vida y puedan sobrellevarla con menos
sobresaltos.
La profesional de la Psicología, quien tiene varios
post grados y fue maestra de normal de profesores, asistió como invitada
especial a la reunión-desayuno del Grupo Madrugadores de La Paz que preside Carlos
Humberto Buchelli y Derat y en el que abordó lo que ella denomina la Segunda
Adolescencia.
“El envejecer es alegría, es vida y de ninguna manera,
es un impedimento para ser felices. Es vivir cada día un poquito mejor y decir
al final ¡qué lindo día!. Es una actitud ante la vida; envejecer con bienestar,
con una sonrisa debe ser la meta”, dijo y precisó:
“Las personas que tenemos más de 60 años, debemos
dejar a un lado los prejuicios que nos impiden alcanzar la plena felicidad,
entender que hacer cosas a esa edad no es hacer el ridículo, liberándonos de
los prejuicios que hemos acumulado a lo largo de nuestras vidas”.
Dijo que lo que ella llama la Segunda Adolescencia, es
el momento en que se transita por un sendero con cambios físicos difíciles de
comprender y que se tienen dudas sobre las verdaderas capacidades de cada
quien. “No sabemos en qué punto somos capaces y en qué punto somos viejos”,
agregó.
Reconoció que con la era electrónica, las personas
mayores empezaron a caducar y en las empresas se empezó a cambiar a estas, por
jóvenes lo que generó depresiones, coraje, algo muy doloroso. “Dejó de
respetarse la sabiduría de los que hemos vivido más”, expresó y subrayó al
mismo tiempo que ahora de nuevo se está empezando a respetar esa sabiduría y
que hay empresas que combinan el trabajo entre mayores y jóvenes.
“En la edad adulta mayor, una buena calidad de vida es
fundamental para estar en paz y sobre todo se trata de aceptación: aceptar el
cuerpo que está cambiando, que está envejeciendo, que ya no funciona como
antaño y entender muy bien el lugar social en el que debemos ubicarnos”,
concluyó.
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